Son 13 los efectivos imputados en este caso de violencia institucional que conmocionó a la sociedad cordobesa.

Javier Alarcón y Lucas Gómez son los agentes que dispararon contra el Fiat Argo donde estaban Blas y sus amigos. Están imputados por homicidio calificado por abuso de su función como miembros de las fuerzas policiales y agravado por el empleo de armas de fuego. Si bien con las pruebas obtenidas se determinó que la bala que mató a Valentino Blas Correas fue disparada por Gómez, la fiscalía pidió prisión perpetua para ambos por considerarlos coautores.

Los demás oficiales, Wanda Esquivel, Sergio Alejandro González, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica están acusados de “falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público”. Para todos ellos tanto la fiscalía como la querella pidieron 6 años de prisión. 

La fiscalía pidió además que continúe la investigación contra la cúpula policial en ese entonces: el ministro de Seguridad Alfonso Mosquera, el comisario Gonzalo Cumplido y Lucas Mezzano, subsecretario de Coordinación y Planificación Técnica.

Alejandro Pérez Moreno, abogado de la familia de Blas, solicitó que se investigue también a la actual jefa de la Policía, Liliana Zárate Belletti, quién dirigía el Área de Recursos Humanos de la fuerza. Considera que los policías Alarcón y Gómez no debían haber estado trabajando en la calle en ese momento ya que el primero había desaprobado un examen de tiro y el segundo estaba acusado por encubrir un caso de abuso sexual.

En Radio La Ronda hablamos con Soledad Laciar, mamá de Valentino Blas Correa sobre la visibilidad que tuvo el crimen y la lucha por justicia de su familia y amigos.

“Creo porque es un caso que ocurrió en un sector en el que no estábamos acostumbrados a ver esto. Con todo el dolor del mundo, esto pasaba antes y yo muchas veces ni le presté atención. Que le haya ocurrido a Blas que es un pibe de clase media, que salía con sus amigos, que iba a jugar al fútbol, que iba al colegio, que no tenía antecedentes, dejó al descubierto que esto le puede pasar a cualquiera. Una parte de la sociedad que veía esto alejado y que se había desentendido del tema de una manera muy egoísta, entre las cuales me incluyo, dijo ‘epa esto nos puede pasar a todos’. Ese fue el clic. Se logró que más gente se una a esta lucha en la que había un montón de gente que estaba desprotegida, estigmatizada y abandonada. Y lo vuelvo a repetir, no digo abandonada por otros, abandonada por mí también”. 

Soledad Laciar también habló sobre el juicio, el silencio y la complicidad en la causa y en los hechos de violencia institucional.

“Fueron siete meses de audiencias, es muy cansador pero creo que fueron necesarios porque se logró poner en evidencia la violencia institucional. Acá no hubo una persona que disparó y nada más. Sí, el disparo se llevó la vida de Blas pero después de eso hubo todo un movimiento macabro que hizo falta todo este tiempo para que quede claro. Y lamentablemente hay aún más involucrados, por eso digo, la causa Blas va a seguir y la lucha va a seguir más allá de Blas”. 

“Siempre lo digo, a este gobierno no le genera ningún costo entregarte trece policías, sin embargo, estas personas que forman parte de esta institución que supuestamente dicen defender siguen en silencio y no hablan de lo que pasa ahí adentro. Seguramente les dijeron ‘no hablés que te vamos a salvar’ pero la verdad es que no los salvó nadie, los abandonó el gobierno en su conjunto. Y creo que ahí está la clave, en cortar con ese silencio porque no es bueno para nadie. Esto podría haber sido muy simple ‘Gómez y Alarcón dispararon en un acto de locura y los otros once que estaban alrededor los agarraron de las pestañas y los llevaron a la Justicia’ pero los otros once, y unos cuantos más hacia arriba, hacia el medio, hacia el costado y hacia abajo, lo que hicieron fue buscar un arma, plantarla y ensuciar a cinco pibes que hasta el día de hoy tienen que lidiar con la condena social de que parece que fue un crimen no haber frenado en un control, cuando sí frenaron, nada más porque se asustaron porque la Policía los esperaba con las armas en las manos”.   

De cara a la sentencia, la familia de Blas compartió un mensaje en las redes pidiendo acompañamiento. Mirá este video en instagram Justicia por Blas. Si querés escuchar la entrevista completa a Soledad Laciar hacé clic en este link.

*Creditos imágenes por orden de aparición: Argentina.gob.ar / El diario del centro del país / La voz del interior.