Y dónde están las bandas?

28/06/2023 | CULTURA |

Por Federico "Indio" Pacheco

Por Federico "Indio" Pacheco

En Jesús María, Colonia Caroya y Sinsacate solía haber una vibrante escena musical con más de treinta bandas y músicos de diversos géneros. Éstas expresiones musicales abarcaban todas las edades, desde niñas/os y la ilusión de tocar su primer instrumento o  formar una banda, hasta estudiantes secundarios y adultos con todas las responsabilidades propias de la edad.

Lugares como Poktapok, un mítico local de venta de instrumentos, solía ser la ventana donde se podía observar una variedad de artículos y también artistas en crecimiento que, con mucho esfuerzo, buscaban ese ansiado instrumento que los hiciera sonar como sus ídolos. Además, se encontraban quienes iban con otros músicos que compartían el mismo lenguaje musical a buscar nuevas amistades. 

Barrios como La Florida eran verdaderos emporios de ensayos en cada garaje, que desde las 16 o 17 horas retumbaban por sus sonidos graves en post de un desempeño pulido de cara a un próximo evento, teniendo como condimento las inevitables disputas con los vecinos por el ruido en pleno fin de semana.


Siempre surgían nuevos lugares y eventos que marcaban el inicio de algo diferente. El Por Ahí, Doble Clic, La Covacha, La Previa, Rocka 89, las noches del Cambalache ,los domingos de Piazza Roccia, el viejo Agua Manza, Villa Giulia y muchos otros espacios abrían sus puertas a historias de barrio. Eventos como el Agraria Rock, El Caroya Rock, Los Jesús María Rock, La gira de Los Géminis, El Ciclo De Casa en Casa, Las Bandas Se Suben Al Tutú y Sonido Local también representaban sitios donde se compartían ideas, se establecían amistades y por supuesto, se alimentaba la ilusión de tocar en vivo.


Bandas como 3 de Copas, Nacional B, Barbitúricos, Hombre Viejo, Vástago, Polución Nocturna y Reciclables entre otras más eran consideradas referentes de esta escena musical independiente  de constante impulso. Fiera, Viuda Negra, Rompe Coins, Nebula Elis, Cachetada de Mono, Celulitis Muk, Entropía, Fuera de Focko, Moby Dick, Niño, Oh Melón, Freak Show, Tus Nalgas, Ashylum, A440, Tutucas, SomosSantos, Juan Desmadre, Autofagia, Arsénico, Arca Navis, Surfer Comadreja, Samuel Majul, Agustín Gramajo Trio, Liken, Qué Tienen de Buenas, Saüre, Salen del Suelo, Viejo Ladrón, Triforme, Musa Nona, Seb Strasorier, Ingrávida, Maldito Dragón, Kracks, Chika Bela, Amargos, Nena Mantra, PorkaBoya, Bonnie Blues, Sucubo, Minofox, Bendita Locura, Big Mama Blues, Nicolas, Cruzados, Perdido por Perdido, Distrito 23, Códice, Vuelo Cavernario, La 45.


Terra Latina, Cesar Daja, Alovean, Culpa del Perro, Perros Charlando, Mr. AM, Abstruso, Clave de Fa, Vietnam, Ave de Magma, Factor, Lote 56, Roberto Sinamon, Otro Plan, Los Nadies, A Pura Fuza, Diosa, La Mona Armada, Punto Rojo, Maura,, Ecce Homo, 3 x Juan, Sirah Prosa, Mujeres de Negro, Malevo, Muddy, Corrosión Black Oil, Viejo Jack, El Terco, Dejavu, Viejo Vischacha, Maten al Conejo, Paf, Egos Descendit, Arlequínes, Cinimus, No Es Lo Que Parece, Nebula Elis, Lain, Operación Melon, Amarillo, Laraz Pay, One Night, Trinum, Eme, Downland Rage, Kbk, Miss Sara Lcort, Palo Vorracho, MiloMili, Geminis y Los Creadores, Fauna, Aurora, Bugueisha, Mala Influencia, Morfosis, Insólito Rey, Nos Feratus, Daijo, Grillo Negro, Me Tas Charlando, Ta filosa la Tijera, Coki Vilche, Lavanda, Los Finalistas, Los Balbos, Magnitud Aparente, The Rockko, Clase94, La Cu4tro 88, Monos Sordos, Súbitamente Sincronizados y tantas más que muchas de ellas ya no existen, te encontrabas en bares y ensayos y luego... y luego EL SILENCIO.


Antes de la pandemia, se revivió una interesante movida de la cultura urbana, con las batallas de gallos o freestyle, como se les conoce en inglés. No podemos decir que el hip hop sea algo nuevo en la región, ya que ha tenido apariciones destacadas en el género ,como cuando surgieron los "Doble Riesgo" (actualmente Artesanos Del Verso) o "Zeyo Crew" (ahora conocido como Zeta El Escritor), entre otros. Aunque este género ya existía en la zona como mencionamos, recibió un impulso gracias a la movida que estaba ocurriendo en el país con el 5 escalon por nombre algunos, y desde allí se reactivó, organizando batallas de rap a través de grupos de fanáticos de este movimiento que se encargaron de las inscripciones para las mismas, ocupando espacios clave en nuestras ciudades como las plazas de Colonia Caroya, la explanada del ferrocarril o el teatrino Tutu Campos ,estos últimos en Jesús María, atrayendo a un gran marco de público y luego... y luego llegó el silencio.


Podemos identificar subjetivamente algunas causas de este silencio tales como:

La pandemia, la escasez de lugares, la llegada de nuevos géneros musicales, la falta de inversión de los municipios en este arte y en la generación de espacios, la economía necesaria para invertir en una banda y ni hablar de los altos costos de los instrumentos detallando que para comprar tu primera guitarra como inicio tenés que contar con un mínimo de 60000 pesos sin hablar que otros 40000 deberías de tener para un amplificador pequeño. Los permisos para que te habiliten como dueño de un bar o de un salón para espectáculos públicos es otra de las causas, los valores de sadaic y la balanza entre lo que lleva realizar un show en relación a la gente que asiste ,difunde o aporta con su entrada. Una de las razones más fundamentadas con el paso del tiempo es el cambio generacional. Esta nueva generación de jóvenes, al igual que en tiempos pasados, ha comenzado a buscar otros estilos ,tal vez de más reciente aparición en nuestro país, que conllevan una cultura más interesante de lo que parece. Como mencionamos en párrafos anteriores, hacemos referencia a la cultura del trap. En fin, podríamos seguir escribiendo párrafos enteros analizando motivos y dando análisis poco productivos, pero luego continuaría... el silencio.

En los últimos años previos a la pandemia, espacios como Pico de Tinta o bares como Mala Pinta ,Blues Magic y El Creyente, por nombrar algunos, continuaron con la intención de brindar lugares a la energía musical de los grupos. Además, existía un ciclo mensual que, tanto por la participación de músicos como por la ayuda de la gestión municipal de ese momento, se esforzaba por mantener ocupados los espacios de Jesús María en este caso y luego... y luego el silencio.

Es triste y hasta aburrido atravesar los barrios en silencio, en un silencio anhelado por algunos y no solicitado por otros. Sin embargo, para no concluir de forma absolutista o negativa y tener en cuenta una parte de la realidad, en estos momentos existen nuevas y diversas bandas que no se resignan a dejar que el tiempo pase, y otras que se han reformulado, abriendo paréntesis para una posible contraportada de esta nota que podría preguntar: "¿Y cuándo tocarán las bandas?".