Sólo un miembro de la institución eclesial ha sido condenado por sus crímenes, a 16 años de reiniciados los juicios de lesa humanidad

12/08/2022 | MEMORIA |

Las investigaciones periodísticas e históricas demuestran que en la Argentina la Iglesia Católica cumplió un rol esencial como ideóloga y partícipe del terrorismo de Estado en la última dictadura y como garante de su impunidad en tiempos democráticos. Por Alexis Oliva.

Alexis Oliva, Realidad Mata Ficción. Primera parte

Alexis Oliva, Realidad Mata Ficción. Segunda parte

Las investigaciones periodísticas e históricas demuestran que en la Argentina la Iglesia Católica cumplió un rol esencial como ideóloga y partícipe del terrorismo de Estado en la última dictadura y como garante de su impunidad en tiempos democráticos. Sin embargo, a 16 años de reiniciados los juicios de lesa humanidad, sólo un miembro de la institución eclesial ha sido condenado por sus crímenes.

Alexis Oliva, en su columna Realidad mata Ficción para Radio La Ronda, recopila investigaciones periodísticas, historias, preguntas, datos, evidencias y pruebas.

Ubica a los miembros, con el mayor grado de complicidad y rol activo en el terrorismo de Estado, “que junto con militares argentinos terminaron asesorando a Estados Unidos, estos personajes se reciclaban como profesores de represión.”

Relata el modus operandi que tenían los “Capellanes”, sacerdotes dentro de la cárcel, que “utilizaban la confesión para arrancarles información a los presos y presas, y al mismo tiempo eran, de alguna manera, voceros de las autoridades militares, para amenazar y transmitir mensajes de extorsión y amenaza a esos presos y presas políticas.” 

Desarrolla la paradoja de los propios desaparecidos y desaparecidas pertenecientes a la Iglesia Católica. Explica los “fraduados y mentirosos intentos de fuga que terminaban en fusilamientos”, las obsesiones, las entregas, los juicios a los que muchos genocidas no llegaron, por ser beneficiarios de lo que llaman el “punto final biológico”, el de la muerte. 


Escuchá la columna completa