En la vida cotidiana de las instituciones educativas tiene lugar un proceso de construcción de orden pedagógico que continúa perpetuando la definición de masculino o femenino a través de comportamientos aceptados, o no, para cada género.


Al mismo tiempo, la escuela puede aportar una transformación de pautas culturales que modifiquen las concepciones y prácticas para generar condiciones para la igualdad y la no violencia.


La ley 27.234 nos invita a realizar, al menos, una jornada anual en todos los ámbitos educativos para educar en igualdad, prevención y erradicación de la violencia de género en todas sus formas.