Arte y género: el derecho del Orgullo en todas partes

15/07/2019 | CULTURA |

Flor Rossi nos propone en análisis de 8 obras que se relacionan con las experiencias y sentimientos del colectivo LGTBIQ, muchas veces de manera casi imperceptible, para abordar desde una mirada diferente los conceptos como identidad y orientación sexual a lo largo de la historia del Arte.

Por Florencia Rossi 

En la visita al Museo de la Ciudad Luis Biondi me topé con una muestra organizada por la fundación IG.DI.S (Igualdad y diversidad en el Norte de Córdoba) y que se extenderá durante todo el mes de Julio. 

En la misma que conmemora la Revuelta de Stonewall, ocurrida en EEUU. Este suceso comenzó en la madrugada del 28 de Junio de 1969, cuando la policía de NY realizó una redada en el bar Stonewall Inn, un espacio de encuentro y fraternidad de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans y queer. Por primera vez quienes estaban ahí se negaron a los abusos y maltratos de la policía y a partir de este hecho Junio se reconoce a nivel mundial como el mes del orgullo LGBTIQ a modo de conmemoración. 

La muestra es también un recorrido de cómo estas luchas en la igualdad se iniciaron en nuestro país en el año 1967, y sobre todo como lamentablemente en el año 2013 se cometió un acto aberrante contra una joven trans. 

Pero frente a estas injusticias la comunidad no se quedó callada, iniciando diversas políticas públicas para fomentar la educación, el respeto y la inclusión, como así también dar apoyo a las víctimas de estos actos de violencia y total inhumanidad que no tienen forma de ser comprendidos ni justificados, mucho menos en el S.XIX. 

Esta visita me hizo pensar en cómo se traducirían estas problemáticas a las artes visuales, como se expresaban estas temáticas de la homosexualidad e identidad de género, si realmente los artistas tenían la libertad de hacerlo o debían cuidarse de cifrar sus mensajes. En esta búsqueda me encontré con una selección de obras que planteó el Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid, España) en el 2017 titulada “Amor diverso”, la propuesta consiste en un recorrido cronológico en donde se da cuenta de los temas, iconográficos y personajes presentes en el arte que se relacionan con las experiencias y sentimientos del colectivo LGTBIQ, muchas veces de manera casi imperceptible, para abordar desde una mirada diferente los conceptos como identidad y orientación sexual a lo largo de la historia del Arte. 

He aquí el listado de las obras escogidas para esta nota: 

“Retrato de un joven como san Sebastián” Bronzino. hacia 1533 Óleo sobre tabla. 87 x 76,5 cm



Esta obra fue creada en el pleno Renacimiento, y es un claro ejemplo de la evolución de la representación del santo orientada hacia la belleza física. En otras representaciones San Sebastián se ajusta más a la tradición iconográfica cristiana medieval, en donde podemos verlo de pie, vestido y con los instrumentos de su martirio: las flechas. 

En cambio en esta obra (de fines privados, para contemplación de nobles con ideales humanistas y neoplatónicos) se forja la lectura homoerótica del san Sebastián renacentista, muy centrada en el esplendor físico del santo. 

Bronzino la realiza en sus años de juventud, cuando se encontraba bajo la influencia de su maestro Pontormo, con quien se cree que establecio una relación mucho más profunda que la del simple amor filial y apadrinamiento. El sistema de aprendizaje artístico era también un espacio para el afecto homosocial. Conográficamente el San Sebastián de Bronzino pertenece a un tipo devocional presente fundamentalmente en el norte y centro de Italia en el que el santo aparece de medio cuerpo y desnudo o cubierto por un paño; estos aspectos tradicionales se relacionan con otros más novedosos como el carácter marmóreo del cuerpo que contrasta con su rostro efébico, ambiguo y natural que tiene algo de retrato.Lo que da el carácter homoerótico a la imagen son las flechas, no tanto como signo del martirio, sino como emblemas eróticos: una de ellas ha penetrado en su cuerpo, y la otra se sostiene sobre la tela de manera casual pero sugerente, con el dedo índice del santo curvado entorno a ella, casi tocando la punta de la flecha. Más aún, Sebastián es retratado en una conversación íntima con un observador, y mueve su mano derecha para enfatizar sus palabras. Por otro lado presenta un rostro a modo de retrato andrógino que contrasta de manera provocativa con su torso escultural”. 

Estos detalles como las flechas pueden compararse con las de cupido (referente del amor) en otros cuadros del artista que le sirven como emblema de la fusión entre el cristianismo humanista y el clasicismo apolíneo que tiene en la figura de san Sebastián una de sus máximas representaciones. 

“David con la cabeza de Goliat y dos soldados” Valentin de Boulogne hacia 1620 - 1622 Óleo sobre lienzo. 99 x 134 cm 

El David representado aquí es apuesto y exultante siguiendo la descripción del primer libro de Samuel: “era rubio, de hermosos ojos y bien parecido”. la obra muestra el pasaje del Antiguo Testamento en el que se relata cómo el futuro rey de Israel abatió a Goliat con una honda antes de decapitarlo con su propia espada. Los dedos de la mano derecha se enredan sensualmente en los cabellos de Goliat como una caricia que contrasta con el acto que acaba de cometer. 

David aparece majestuoso con su intensa mirada y enérgica postura sobre la mesa, donde su cuerpo marmóreo se vence sobre el único resto del cuerpo de Goliat, reforzando con este gesto corporal su poder y su victoria. Pero su aspecto no es el de un hombre de gran fortaleza física capaz de matar a 
un gigante, sino que su juventud, su piel pálida y el rostro con labios carnosos, ojos claros y cabello suave y brillante construyen una imagen andrógina de él. 




“Muchacho con turbante y un ramillete de flores” Michiel Sweerts hacia 1658 - 1661 Óleo sobre lienzo. 76,4 x 61,8 cm 




Lo que se destaca en esta pintura es la androginia del retratado, la sensualidad de los ropajes orientales, el ramillete de flores que porta y que puede ser interpretado como una invitación sexual. 

El artista nacido en Bruselas en 1624, viaja a Roma en 1646 para estudiar Arte Clásico. Mezclando clasicismo y anécdota logra un arte que sobresale en una ciudad llena de talento, con personajes como Bernini, Borromini, Velázquez y Lorena. 

En la historia del arte se ha naturalizado un esquema donde el hombre es el artista, y posee la mirada, y la mujer es el objeto erótico de la misma, lo que causó, sobre todo a partir del siglo XVI, que fueran desapareciendo poco a poco las obras en las que el hombre es retratado eróticamente. Sin embargo los desnudos masculinos que realiza Sweerts en sus cuadros de bañistas o de luchadores llaman la atención por su sensualidad desvinculada de todo argumento, que han llevado a distintas generaciones de historiadores a señalar la posible homosexualidad del artista. 

 “Amazona de frente” Édouard Manet hacia 1882 Óleo sobre lienzo. 73 x 52 cm 




Édouard Manet fue uno de los primeros artistas que noto los cambios en la sociedad y como las grandes ciudades eran el lugar desde donde esos cambios se propagaban hacia el resto del mundo. 
Así, retrataba las escenas de la vida cotidiana con la grandiosidad que se reservaba a los relatos heroicos del pasado, ya que estaba convencido que “el verdadero pintor, será aquel que sepa arrancar a la vida moderna su lado épico”. 

Una de las maneras de expresar esa vida moderna eran las nuevas maneras de ver y ser visto, por lo que el artista entendía a la moda como un rasgo clave de esa modernidad. 

Esta obra Pertenece a una serie inacabada sobre las cuatro estaciones que Manet pintó en los dos últimos años de su vida. En todas las obras de la serie, se presta gran atención al vestuario de las retratadas, mujeres reales, pintando diferentes elementos de la última moda femenina de la época para representar cada estación del año. En esta representación del verano la joven viste un traje de amazona oscuro, que (inspirado en los trajes masculinos) desde el siglo XVIII eran símbolo de mujeres modernas, emancipadas e independientes.

Así, la imagen de esta amazona forma parte de un cambio en el mundo de las mujeres cuyo ámbito más íntimo fue expresado por Baudelaire en una nueva idea de modernidad lésbica. Él fue el principal divulgador de la palabra “lesbiana” para referirse a la mujer homosexual de la Francia del siglo XIX. La raíz de este término se encuentra en la isla de Lesbos, en Grecia, donde hace más de dos mil quinientos años vivió la poetisa Safo, conocida por sus escritos acerca del amor entre mujeres. 

“Love, Love, Love. Homenaje a Gertrude Stein” Charles Demuth 1928 Óleo sobre tabla. 51 x 53 cm.

Esta pintura forma parte de un grupo de retratos de diferentes personalidades del ámbito cultural, llamados poster portraits, que Charles Demuth creó entre 1924 y 1928. Son retratos simbólicos pues se aborda la identidad de los personajes no por su aspecto físico, sino a través de palabras y objetos que son como un acertijo nos hablan sobre la personalidad y los gustos del retratado. 

Este tipo de retrato cuestiona la idea del parecido físico como propósito imprescindible del género y pone en juego el complejo y polémico tema de la identidad. La retratada es Gertrude Stein, escritora estadounidense e importante coleccionista de arte moderno que vivió la mayor parte de su vida en Francia. Fue pionera de la literatura modernista, a través de la cual había cultivado este tipo de retratos simbólicos. 

La palabra “LOVE”, repetida tres veces, podría estar relacionada con su predilección por el número tres en sus escritos. Stein es autora de una de las primeras historias de amor entre mujeres, la autobiográfica Q.E.D. La obra contiene un mensaje cifrado que el espectador tiene que interpretar, quizás de ahí la máscara. Charles Demuth, como ella, fue uno de los estadounidenses que formó parte del París libre de principios del siglo XX. Hoy se le considera uno de los primeros artistas en exhibir abiertamente su orientación sexual a través de sus obras. 

“En memoria de Cecchino Bracci” David Hockney 1962 Óleo sobre lienzo. 213,3 x 91,4 cm 

Hockney es uno de los artistas británicos representante del pop art más influyentes de la historia, pero que ya no recurre a las temáticas de la cultura de masas como Andy Warhol o Roy Lichtenstein, sino que trata lo puramente autobiográfico. 

El artista mantuvo su homosexulidad oculta durante toda su formación artística, hasta que ingresó en el Royal College of Art de Londres, donde comenzó a expresarla de manera más explícita o implícita en sus obras a través de las temáticas escogidas. 

Además de inspirarse en su propia orientación sexual a la hora de desarrollar su arte, Hockney fue un actor importante dentro del activismo contra las políticas represoras de Margaret Thatcher hacia la comunidad LGBT. 

En esta obra el artista alude a un episodio de la vida de Miguel Ángel para evocar la tradición homoerótica de la Grecia clásica y la Italia del Renacimiento, donde la máxima expresión de la belleza es el cuerpo atlético, viril, reproducido en esculturas y frescos; y justamente Miguel Ángel es el mayor representante de ese culto a la virilidad a través del arte. 

Él tenía preferencia por los jóvenes que le eran confiados como aprendices o modelos, con los que establecía la mayoría de las veces una relación íntima. Este es el caso del joven Cecchino Bracci, un adolescente de gran belleza del cual el artista estaba enamorado, y por cuya temprana muerte se sintió profundamente dolido. El tio de este muchacho al conocer el afecto del artista por su sobrino le encargó el diseño de su tumba y la redacción de una serie de epitafios. 

En su obra, Hockney representó al joven en el interior de su ataúd, envuelto en un sudario, con los brazos cruzados sobre el pecho. Sobre su cuerpo, una corona de laurel rodea la palabra “cecchino” y, en la parte inferior derecha, en letras menudas, se reproducen los primeros versos de uno de los epitafios funerarios que Miguel Ángel le dedicara, en los que exaltaba la belleza del joven. 

“Retrato de George Dyer en un espejo” Francis Bacon 1968 Óleo sobre lienzo. 198 x 147 cm.

Francis Bacon nació en 1909 en Dublín. Su fascinación por la violencia surge a partir de la guerra civil irlandesa, sumado a la difícil relación con su padre por su rechazo de este hacia la homosexualidad de su hijo, que se hizo patente a una edad muy temprana. 

En 1925 marchó a Berlín, cuna de las libertades sexuales de Europa y epicentro de la modernidad del viejo continente, donde La homosexualidad era algo en cierto modo chic, vanguardista. En 1927 marchó a París, donde se familiarizó con el arte de Picasso y cambió su vocación, de diseñador de mobiliario, a pintor. Tras unos meses en París, se dirigió a Londres, donde conocería al artista Roy de Maistre, con el cual se mudó convirtiéndose en su amante y aprendiz. Allí comienza su carrera como pintor y comienza a interesarse por temáticas que le permiten retorcer y desfigurar la carne humana, enfrentarse a ella, transmitir la realidad de la imagen en su fase más desgarradora. 

La mayoría de sus relaciones eran con hombres mayores y muy tóxicas, realmente dramáticas, lo que queda plasmado en los retratos de sus parejas George Dyer fue uno de sus amantes más preciado, el cual que se suicidó en 1971. En la obra vemos los rasgos habituales de los retratos de Bacon; la figura aparece deformada, pero no de manera inocente, El propio Bacon afirmaba: “Yo no deformo por el placer de deformar; [los personajes] no están sometidos a tortura. Pruebo, intento transmitir una realidad de la imagen en su fase más desgarradora.” 

El artista sufrió un profundo conflicto que enfrentó durante toda su carrera, esforzándose, por un lado, en crear un arte auténtico y autobiográfico y, por otro, en mantener una identidad social que resultara aceptada dentro de los círculos artísticos y burgueses en los que debía moverse debido a su condición de artista respetado y a su deseo de ganarse la vida con su obra. 


“Express” Robert Rauschenberg  1963 Óleo, serigrafía y collage sobre lienzo. 184,2 x 305,2 cm 



Esta obra pertenece a una serie de serigrafías que el artista realizó entre 1962 y 1963. La técnica le permitía imprimir imágenes en una pantalla a una escala diferente de la original, luego las transfería al lienzo explorando sus posibilidades plásticas a través de su distribución y de su combinación con grandes y expresivos trazos de pintura.
 
A veces utilizaba fotografías suyas y otras procedían de revistas u otros medios de comunicación de masas. Cuando contemplamos Express, percibimos la multiplicidad de espacios y la dispersión de los distintos puntos de interés de la obra; nuestra percepción de ellos es simultánea, aleatoria, fragmentada y muy rápida, lo que también evoca la idea de velocidad contenida en el título. 

Para la elección de los temas combinaba intereses personales, acontecimientos históricos y elementos de su vida privada de tal manera que las obras se convertían en una suerte de cápsula del tiempo particular y a la vez universal. Las referencias personales eran complejas y muy escondidas, sobre todo si trataban de su homosexualidad, siendo solo reconocibles para quienes le conocían muy bien o tenían un gran conocimiento de la cultura homosexual. Rauschenberg realizó esta obra dos años después de la ruptura de su relación con el artista Jasper Johns. Es importante señalar para entender este ocultamiento la caza de brujas que durante la década de los cincuenta hubo en Estados Unidos contra los comunistas, acusados de ser desleales a la nación, pero que acabó con un mayor número de condenas a homosexuales. 



Con Este recorrido podemos ver como la desigualdad se aplica a todos los rubros y ámbitos de la vida. Es lamentable la difícil situación que sufrían los artistas por su identidad, que los llevaba muchas veces a ocultar su vida, reprimir su arte y formas de expresarse, por el temor de ser juzgados y marginados de los ámbitos sociales. Es por eso y muchas cosas mas que es tan importante luchar por la igualdad y conmemorar estos sucesos para aprender de ellos y respetarnos cada día un poco más, dejando vivir al otro plenamente, con sus formas de ser, amar, e identificarse; un derecho que todos merecen disfrutar, la sociedad debe aprender que todos merecemos y debemos sentirnos orgullosos de quienes somos. 









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