Tres jóvenes locales asistieron en los incendios de Villa del Soto, en el noroeste

06/10/2020 | AMBIENTE |

Este fin de semana Luca junto a Camilia y Constanza se organizaron para viajar al noroeste provincial, a Villa del Soto en el departamento de Cruz del Eje donde el fuego no dio tregua en los últimos días. Llevaron donaciones y se pusieron a disposición de campesinos y brigadistas para colaborar con el relevamiento de necesidades y guardia de cenizas.

Foto: Guillermo Galliano
Foto: Guillermo Galliano

Luca Gimenez - Guardaparque

“Todo nació ante la necesidad y urgencia de querer aportar desde la mínima intención en un contexto que es una realidad a la cual estamos ajenos de lo que está sucediendo en nuestro norte” comenzó relatando Luca que afirma que lo hicieron “de corazón” pese a las recomendaciones de las autoridades provinciales. 

“Estamos a disposición de lo que haga falta, tanto sea para las familias campesinas y vecinos como para los brigadistas y bomberos en mi caso que es la formación que he decidido adoptar para mi vida”, añadió. 

Antes de viajar lograron juntar bidones de agua, pilas, frutas, frutos secos y alimentos para animales, que fue la mayor pérdida de la gente campesina. 

Luca narra que el sábado por la mañana se “aventuraron en el viaje al norte” con todas las donaciones y no tuvieron mayores inconvenientes para pasar los controles sanitarios al “plasmarle la realidad”. “Los vecinos nos recibieron muy amablemente, muy familiarmente y muy conmovidos”, remarcó. 

Cuando llegaron hicieron base en Arroyo grande en  Cruz de Caña donde los recibieron Eduardo y Susana, campesinos lugareños que les comentaron la situación que vivieron durante los días previos, dónde más intensos estuvieron los focos.  

“Nosotros llegamos en la última ola del tsunami porque la noche anterior vivieron un caos en la zona. A nivel climatológico se levantó un viento tremendo, el fuego se descontroló, los brigadistas recién llegaban y tuvieron que evacuar varias familias que en algunos casos perdieron la totalidad de sus campos”, contó Luca  

Lo primero que debieron hacer es relevamiento de necesidades y guardia de ceniza, actividad para la cual contaban con materiales. “Cuando nos tocó hacer guardia de ceniza es increíble y doloroso todo lo que se perdió, monte muy añejo. Era impresionante como de repente tenías un algarrobo de 400 años partido por la mitad y prendido fuego adentro”, señaló. 

“Vos te encontrás con ese paisaje y tenés que lidiar con todas las emociones y seguir adelante con todo el tipo de ayuda que iba surgiendo en el momento” 

Sobre la presencia del estado comentó que al principio “se hizo desear” porque solamente eran los bomberos voluntarios de Villa del Soto hasta que llegaron los brigadistas. 

Luca piensa que se debió enfocar en la capacitación de la comunidad: ”Si vos ves las condiciones climáticas, mínimamente tenes que tener conciencia de que hace más de un año que no llueve, tenes que tener provisiones, equipamiento necesario para actuar lo más eficiente posible” 

Una de las tareas en las que se vieron envueltos durante su estadía en el noroeste provincial es en pensar el qué hacer por el monte después de los incendios. En ese sentido, Luca afirmó que la idea es “darle una mano al monte pero no entorpecer la sucesión ecológica” para que sea lo más sano posible. 

“Con los vecinos nos pudimos organizar en dos campos, en lo ecológico y en lo social, eso estuvo bueno porque empezamos a visibilizar las necesidades y enfocarlas en distintos campos”, comenta Luca sobre el trabajo que realizaron en conjunto con otras disciplinas como el trabajo social y la psicología para tomar medidas.  

 “La idea es organizar a los vecinos para el cómo intervenir. Ahora las campañas de difusión de recolección de provisiones en este momento está siendo equipamiento de seguridad para organizarse de ahora en adelante y tener las herramientas adecuadas y el conocimiento mínimos para saber cómo actuar”, continuó.  

En la zona la conectividad tanto de internet, como de telefonía es casi nula por lo cual, comenta Luca es necesario organizar la comunicación para momentos como este. Las opciones son generar nuevos senderos para comunicarse entre campos o tener handys. 

“Muchas familias viven del monte, son apicultores y perdieron todo. Ahí tenemos que enfocarnos, en la regeneración ecológica” , sentenció. 

Luca cerró la entrevista con los sentimientos personales sobre su experiencia y fue conciso: “Ellos nos transmitieron una mirada de tristeza, de no saber qué hacer, de perder lo poco que tienen. Es una mirada que se viene alimentando desde hace dos años, de constantes sequías y pérdidas de los animales y de una mirada que transmite la ausencia del estado. Eso fue impresionante de ver cómo están aislados y aisladas de cualquier tipo de ayuda y nos recibieron con amor impresionante. A pesar de tener esa mirada de tristeza nos plasmaron todas sus necesidades de una forma familiar. La verdad que nos conmovió hasta el alma esa mirada de sentirse desahuciados pero defendiendo lo poco que tienen” 

“Si nosotros fuimos con ganas de ayudar nos volvimos con el triple, este fin de semana vamos a volver”, concluyó. 


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