Macarena, guardaparque de la reserva, rescata la rápida intervención de los bomberos ya que aportaron las herramientas para controlar las llamas que ni los vecinos, ni la reserva poseían. “Un mochila, pala, rastrillo tenes que tener. hace poco llegaron bidones de 1000 litros que vamos a ubicar en diferentes zonas de la reserva que sirven para tener reservorios de agua más cerca”, explicó y aclaró que “hay que tener en cuenta que esto está recién habilitado” y que “es una reserva que empezó de cero” 

Sobre las consecuencias, la guardaparque expresó que sólo se quemaron cañaverales y que es mejor no tocar nada, que se regenere sólo.  Hay que tener en cuenta que los cañaverales sirven para contener el impacto del agua durante la crecida de los ríos.   

 “Me parece que el concepto de reserva no se tiene muy en cuenta en Jesús María, por ninguna de las partes, ni de los vecinos, pero es algo que se va aprendiendo. Yo confío que en un futuro cercano se tome un poco más de conciencia sobre cualquier tipo de acción que se quiera hacer sobre nuestro río, que es totalmente probable que se inunde después de todos estos fuegos”, sentenció.

Macarena, resalta la importancia de que se diagnostique a largo plazo, en cuestiones ambientales, para poder planificar y tomar las mejores decisiones y que cubran todos los campos posibles.         

La reserva Parque del Oeste fue recientemente inaugurada en Jesús María y el área protegida más grande de la ciudad. Allí el trabajo de los guardaparques es fundamental ya que están capacitados  para el cuidado de este tipo de áreas y también, mantener el contacto con la comunidad para transmitir esos conocimientos. 

“Nosotros en el parque lo que más tratamos de hacer es comunicación y educación ambiental, control y vigilancia, mantenimiento, la cartelería estamos diseñando de cero”, relató. 

Macarena rescata que la reserva está abierta a la comunidad y pronto invitaran a la ciudadanía a que participe de la toma de decisiones.   

“Fue un espacio que pocos conocían y se llenó de gente los fines de semana, sobre todo que vienen unas 300 personas por día”, contó. 

 “Lo ideal sería conseguir más personas y controlar las 100 hectáreas” concluyó.